Una jugada por el estilo
Haré un intento apostando por el estilo, aunque siendo quien soy me será difícil dejar de lado el asunto, en la eterna disputa del asunto contra el estilo. Todo al respecto de la musicalidad en literatura. Intentaré demostrar cómo con palabras sencillas se puede sacar la música que todos llevamos dentro.
La vida
Eres tú, el estorbo de la conciencia,
que derrumbas noche a noche,
que arrugas tiempo al tiempo
hasta el día del último tropiezo.
De pequeña nos salpicas y sonríes,
¡todo es de papel!
Eres una canción que sabe a flores,
una voz con lazos de colores.
Creces y más creces, entre tanto,
ahora sólo eres el recuerdo del papel,
el recuerdo musical que sabe a flores,
el eco con lazos de colores.
Y luego, sólo un maduro estorbo,
una piedra en tu propio camino
sólo, el andar curvilíneo
de un pescador sin barco.
Pero el papel se vuelve cana,
es desafiante la voz que llama,
cada sonrisa se vuelve amarga.
Ahora todos vacilamos.
¡Si pudiera volver a nacer!
Si la última piedra no ha llegado aún,
estorbaría, estorbaría...
En esos días nada sabía todavía de la importancia del famoso binomio asunto-estilo; por eso mis palabras dirigían el asunto siendo bellas por sí mismas. Aunque su música no sea todavía compuesta por la adultez.
¡ BELLÍSIMO !
ResponderEliminarCon bellísimo querrás decir certerísimo ¿no? No he encontrado otra forma de definir la vida mejor que como el Estorbo de la Conciencia. Yo me conformo con la certeza a la que aspira la ciencia: la certeza por aproximación. Tú debes de ser como El Lago de Como. Yo que he estado ahí, cercado por cadenas de montañas que nunca descansan y por veredas unas tipo ensenada y otras como golfos, todo ello hace que el agua encuentre el lugar en el que se dilata, o se encoje, a su gusto. El Lago de Como sí que es ¡bellísimo!. Seguimos con la eterna discusión entre Asunto y Estilo, Como puedes ver ambos son la misma cosa.
ResponderEliminarSí, certero quería decir, o añadir, pues las estrofas que describen la vida son bellas y certeras en cuanto al asunto y al estilo, claro. Como bella es la descripción que haces del Lago de Como.
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