miércoles, 24 de abril de 2013

¡... pero suena!


¿A qué suena la tristeza?
A la misma hora a la que mueren príncipes y princesas ha debido de morir una humana tan normal como entera.
En este caso habrá sonado una simple campanita. Aún así ¡suena!
Algo parecido le ocurre a una vida cuando se extingue, a las palabras componentes de una buena literatura: todas suenan parecido, por muy diminutas que ambas (palabras y vidas muertas) sean. 
La música de la muerte siempre suena igual venga de la mano de un triste accidente, o tras sus "Emisarios" habituales apodados enfermedades, o simplemente por el desgaste de haber vivido, pero sea como sea ¡suena!
No importa la validez de la persona, ni su grandeza (todas las palabras le son a la Literatura bien bonitas), pues la muerte: ¡suena!
La Literatura suena igual sean cuales sean sus palabras componentes. La Muerte ¡suena! sean cuales sean las vidas que en su afán recoge. 
¡...Pero suena!

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