Las novelas nacen de un buen título, o de una sentencia, o en general de cualquier idea sugerente. En mi caso La venganza del objeto fue concebida o motivada por un párrafo. Primero me vino a la cabeza dicho párrafo, el cual escribí años antes sin saber muy bien qué haría con él. Todo lo demás en la novela fue un rodeo para que al final ese párrafo tuviese sentido.
Esta obra, en principio, puede parecer un simple ajuste de cuentas con la ciencia. No es verdad, aunque sí quería vérmelas con todos esos científicos frustados que luego estudian letras para aparentar. La venganza del objeto es una crítica feroz al cientismo, es decir, a la ciencia cuando se hipertrofia. Toda la emotividad de mi novela se encuentra al final, junto con el susodicho párrafo y tras el homenaje a una figura entrañable para mi.
Me parece clave este comentario para entender la novela desde su inicio, inicio en el que ahora me encuentro yo. Y desde aquí te pregunto, ¿hay un motivo especial para que el personaje narrador de esta novela vuelva a a tener género femenino? Gracias, me están encantando los capítulos que llevo leídos, son soberbios en forma y en fondo. Un saludo
ResponderEliminarQuerida Lago de Como. Estoy muy contento de tus palabras como excelente lectora. No hay ninguna razón especial para que mi narrador principal tenga el género femenino. Sólo te daré algunos datos: yo intentaba calcar la sensibilidad de un narrador meticuloso, y al final, a este, le salió la vena impertinente del autor, aunque un tanto dulcificada. Nativel es una "empollona" y muy marisabidilla, justo lo que yo necesitaba para sacar a la luz esa parte del cientismo tan reprochable.
EliminarCon la entrada "El párrafo del homenaje" decubro nuevas motivaciones del escritor. En numerosas ocasiones el lector sería incapaz de conocer las verdaderas motivaciones del novelista para escribir una obra. Sería muy interesante que los lectores nos pudieramos enterar de estos entresijos. Lo que sí me gustaría saber, ya que he acabado tu novela, es a qué párrafo te refieres.
ResponderEliminarAgradezco siempre tu atención. Aunque estés llegando al final no creo que ya hayas leído dicho párrafo "secreto". En la página 226 lo encontrarás,. En él verás el anhelo de un padre por su hijo, y comienza "...algún día tendré yo un hijo... Mi hijo será de carne y de sustancia moral..." y así acaba. Como ves, tuve que hacer un gran rodeo y esfuerzo para que el párrafo pudiese contener todo el espacio narrativo que yo necesitaba.
Eliminar