Cada novela se comprende desde una idea, obsesión, motivación o anécdota.
En el caso de El fósil vivo fue una anécdota la que tiró de la lengua: en una comida entre amigos un profesor, amigo mío, contó la anécdota de un colega de filosofía, que era tan poco reconocido y tenía tan mala suerte, que el pobre veía cómo su plaza se le negaba, lo cual hacía muy desgraciada su existencia y la de su prole; y no era porque no lo mereciese, no, sino por los avatares típicos ocasionados por la endogamia, los pisotones, las zancadillas y otras vicisitudes, todas ellas bien dañinas.
Con todo esto confeccioné el retrato del primer decente, ese personaje que dio pie a toda la novela, por supuesto con un sinfín de ingredientes añadidos -entre ellos una fantasía sin límites-, como fueron un montón de recursos literarios, los más añejos que se me ocurrieron.
En este caso, la novela surgió de una anécdota, a la que le vino un personaje muy activo, o mejor aún, apetitoso, para todos los que amamos la literatura: Don Modesto Bauer.
Es muy interesante leer cómo nace o de dónde surge la famosa "inspiración" de un escritor para poder construir una novela. Por lo que cuentas, a veces, algo tan arbitrario como una anécdota permite la confección de un personaje. Me imagino que lo difícil viene después, completar todo y dar forma a un Gran Relato. Me ha gustado mucho ver el retrato de Picasso como ejemplo de confección de un personaje. ¿Estás pensando en relacionar determinados temas pictóricos con el surgimiento de ideas novelísiticas?
ResponderEliminarQuerida Elena, muchas gracias por tu comentario.
ResponderEliminarSí, así fue en el caso de "El fósil vivo", una anécdota es sólo lo que dio pie al relato. Luego se hace necesario toda la retahíla de ideas y demás acontecimientos para fraguar la "carrocería" de la novela, que en este caso fue muy compleja pues mezclaba distintos tiempos, amén de un sinfín de personajes, y sobre todo, una manera "privada" de narrar, a la que se le unió también una lógica exclusiva semánticamente hablando.
Me emociona que te guste el retrato de Picasso, el cual se encuentra precisamente en el Art Institute de Chicago: dicho cuadro representa como ninguno la reconstrucción de un personaje, para al final poder recomponerlo a la manera cubista.
Y sí, algunas novelas mías nacen de cuadros, o al menos algún episodio se encuentra dentro de ellas. Es el caso de la Fragua de Vulcano, la cual tuve en mi imaginación para un episodio primordial de "El fósil vivo" mucho después de que Velázquez lo tuviese en mente.