domingo, 9 de marzo de 2014

El metabolismo ideológico del autor

Es posible buscar dónde surge dicho metabolismo y, especialmente, cuál es su composición. En mi caso me vino encima y no como un baño improvisado, sino como una abnegación nueva, mientras caminaba por las calles de Cartagena con un poema de Miguel Hernández entre los dedos de la memoria. Es un misterio cómo se recluta dicho odio que luego te lleva a buscar los enemigos del mundo contra quienes te la juegas. Pero eso ya no importa, simplemente uno vive con él y le obliga a su tiranía para que invente más historias. Nada se puede decir más de dicho metabolismo ideológico, salvo que existe por su cuenta y que es difícil de dominar.

4 comentarios:

  1. Hola Alfredo, cuando leo tu entrada última, además de sorprendida por ese término nuevo para mí, "metabolismo ideológico", me pregunto si quieres decirnos que tu motivación para escribir surge hace años, supongo, en un acto de rebeldía (odio, es tu palabra) contra un mundo bien conocido por ti. Y si es así, ¿es en ese instante, en Cartagena leyendo a Hernández, cuando descubres tu vocación literaria? Suena a revelación, ¿se trata de algo semejante o por el contrario es algo más elaborado e incluso sofisticado? Gracias.

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    1. Si, exactamente es bastante más sofisticado que una revelación. Fue en el momento en el que me asaltan el mito de la bella y la bestia. A mí me tocaba el papel de la bestia, el cual cumplía con mucho éxito, pero la bestia quería ser más, es decir, se reveló. Sólo había un problema para atender mi nueva motivación: si deseas que alguien sea un saltador construye una valla bien alta y luego córtale una pierna. Sí, fue en ese instante cuando descubrí dicha motivación, y como alimentarla.

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  2. Estoy convencida de que en todos los escritores existe lo que tú llamas "metabolismo ideológico". Más aún, creo que puede cambiar a lo largo de la trayectoria literaria y personal del autor e incluso un mismo escritor puede contener diferentes "metabolismos ideológicos". No sé si estarás de acuerdo. Por otro lado, dices que tal metabolismo existe por su cuenta. Eso es lo más difícil de percibir. Si fuese así, el escritor estaría dominado por tal metabolismo y sería para él una cadena. Por el contrario, si el escritor lo controla, sería para él un instrumento que le permite ser más libre. ¿Qué piensas tú? ¿tal metabolismo domina al escritor o lo libera?

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  3. Por supuesto, todo escritor se debe a su metabolismo ideológico, y este puede cambiar a lo largo de su vida. Dicha figura tiene también vida propia, por esa razón la llamo metabolismo, y si el escritor se deja dominar por ella es porque la adora. El metabolismo cuenta las pulsaciones, las inhalaciones, dirige las miradas y mide las palabras, en definitiva, domina con toda esa libertad.

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