lunes, 12 de enero de 2015

El efecto explosivo de los contrarios

La fuerza de los contrarios no está en entredicho. Yo me serví de ella en tres ocasiones. 
En El fósil vivo conseguí hacer memoria desde un mundo futuro, o lo que es parecido, desde el pasado hablo del "por llegar". En cambio en La venganza del objeto conseguí extraer lágrimas con toda la frialdad del hielo sistemático, o lo que es igual, puse enfrente a dos enemigos: la emoción de un ser cálido con la frialdad de un personaje marrullero, aunque "superdotado".
En Residencia de quemados, mi próxima novela, se encontrarán cara a cara la pusilanimidad del carácter con su contrario, la valentía extrema: la valentía del héroe arrojado al mundo, sin más armas que su voluntad y concienzuda disposición.

2 comentarios:

  1. He leído tus dos novelas publicadas y entiendo perfectamente a lo que te refieres. De hecho, llevo tiempo pensando una pregunta en relación con lo que planteas. Me gustaría que me dijeras si esta lucha de contrarios que pergeñan los esquemas de tu novela tiene un fuerte acento moral. Es como si necesitaras que el lector tuviese muy claro donde situar "el bien" y donde se encuentra "el mal". ¿Tus novelas, en este sentido, crees que moralizan? ¿por qué no te gusta dejar espacio para la ambigüedad moral?

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  2. Gracias Elena por tu comentario. Y sí, mis tres primeras novelas… no, todas mis novelas tienen dicho acento moral del que hablas, por lo que el lector tiene que ubicarse en ese centro tan incómodo que llamamos lugar del "bien", digamos que él también debe posicionarse. Aunque no pretendo moralizar, sí sé que en la vida no se puede ser "neutral" sin parecer colaboracionista del "mal".
    Creo que ya te he contestado a tu ultima pregunta: la ambigüedad moral me parece cobarde, por eso no soporto los personajes con "moralosa o de gominola moralidad", aunque a veces tenga que otorgarles el papel de protagonistas, como es el caso del afamado Chiripa.
    Como diría mi personaje Valiente, porque la vida es corta, precisamente, al igual que él no hace ascos a la rolliza condición de su Nati, tampoco me sería posible hacerle el feo a una moralidad concreta, por muy a contra pelo que se me presente.

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