Acabadas las entradas sobre La paraeta, al estar en Chicago, retomo unas reflexiones sobre mi primera novela El fósil vivo.
Antes de tener en mi cabeza El fósil vivo necesité un lugar en el que sentime inspirado, y eso fue aquí, en The Art Institute of Chicago, rodeado de multitud de fósiles de todas las culturas catalogables e incatalogables, de fósiles culturales, de esos trozos de cultura muerta que se encuentran en todos los museos. Aquí fue donde concebí mi cronotopo más especial, lugar en el que se dio rienda suelta a toda la Fantasía Exacta contenida en la novela.
Volver aquí me produce un sentimiento entre una agudeza cognitiva extraordinaria y la hospitalidad de sentirse como en casa. En estos próximos días creo que me van a entrar ganas de contar el "cómo lo hice", cómo fue posible introducir en un museo la historia de una idea, la de la Decencia, tan denostada hoy en día. Esa idea la tenía guardada en la recámara, allí donde guardamos lo más valioso, y que espera, el tiempo que haga falta, su momento preciso.
The Art Institute of Chicago es el lugar en el que comenzó mi todo.
Sin duda esta estancia en Chicago servirá para que nos cuentes esa idea tan original como brillante de que un fósil tenga "vida", hable, sienta, piense y ame. Espero, cómo no va a ser así, que disfrutes de tu viaje a tierra tan fértil narrativamente hablando. Un abrazo
ResponderEliminarQuerido-a Lago de Como:
EliminarLa idea de convertir un fósil en narrador fue tan sólo un gran hallazgo. Ausonio, que así se llama mi fósil, mantiene intacta toda la ternura de un personaje algo infantil, pero con una profundidad hermosa, y sí, efectivamente habla, no para de hacerlo, piensa también, cosas que a veces apunta en su `pensarero´, y sobre todo, ama a su cuidadora, María del Océano. Este es mi personaje regulativo, el punto de unión del mundo todo, del espacio y del tiempo.
Gracias por tus palabras tan amables y sí, estoy disfrutando en esta tierra de la que guardo grandes recuerdos, literariamente hablado casi todos.
He leído tu novela "El fósil vivo" y me imagino la fuente de inspiración de un lugar que esconde vestigios de los orígenes de nuestra Historia. Cuando leí que María del Océano trabajaba en The Art Institute of Chicago no sabía si el autor había estado o no realmente allí. Estas cosas son los secretos entre el escritor y sus lectores. Por cierto, mencionas que allí también estructuraste tu cronotopo más especial. Espero que en otra entrada expliques algo más de lo que significa construir un cronotopo en las novelas.
ResponderEliminarEn este momento no te puedo contestar ya que estoy pensando una nueva entrada al respecto del cronotopo. De todos modos agradezco tu interés y sobre todo, tus sutiles comentarios.
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