domingo, 5 de julio de 2015

La aparición de una pareja de fantasmas

Caminando por la ciudad a la que tan bien sientan los piropos, sobre todo, por las escaleras de The Art institute of Chicago se me han aparecido mi pareja preferida, mis protagonistas más queridos. Efectivamente, en las escaleras entre las dos primeras plantas del museo, creo haber notado la presencia de Ausonio, y tras él iba mi María del Océano recriminándole para que devolviera las reliquias y demás fósiles que había robado, llamándole al orden, como dos chiquillos traviesos que juegan a perseguirse.

Parecía que Ausonio portaba una bolsa llena de odio controlado al peregrino, el sentimiento que provocó El fósil vivo, "peregrinos" como figura literaria muy prolífica y especialmente amable para todo escritor. Después de un rato siguiéndoles con la mirada, entre la sala de culturas orientales y la del medievo, colgado en la pared se encuentra la escultura del "eterno victimado", el Cristo que nadie encuentra el momento de desenclavar.
Ha sido maravilloso volver al museo en el que empezó mi todo.

4 comentarios:

  1. Esta claro que tu estancia en Chicago además está leña de nostalgia y añoranzas. Te felicito por la foto, si es tuya, es una buena perspectiva para hacerse una idea del museo. Hablas de "peregrinos" como figura literaria y no me queda muy claro qué quieres decir, ¿podrías sacarme de esta duda? Gracias. Y sigue disfrutando, soñando.

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    1. Gracias, Lago de Como.
      Sí, Chicago es una ciudad muy especial y representa mi nostalgia, la de mis grandes amigos que hice aquí, y porque fue en esta ciudad donde me inspiré para escribir "El fósil vivo". Respecto al tema de los peregrinos, lo que quiero decir es que a cualquier escritor debería serle fácil hablar de ellos con gracia y salero, ya que la imaginación, la que se ha repartido como ha podido por todas las cabezas literarias, no puede no imaginar un peregrino sin una mochila a cuestas llena de absurdidades, amén de cosas muy útiles.
      Y sí, la foto es mia, y aunque pretende ser buena no da perfecta cuenta de lo grandioso del museo, como le pasa a todas las fotos.

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  2. Querido Alfredo, leyendo tus últimas entradas veo que los escritores, o por lo menos tú, pueden sentir no sólo cariño hacia sus anteriores novelas y personajes sino también melancolía. Eso me lleva a preguntarte si alguna vez piensas en retomar personajes de tus primeras novelas e introducirlos en otras. ¿Alguna vez has utilizado este recurso?

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    1. Gracias querida Elena.
      Agradezco tus palabras, la solidaridad que sientes y te merece mi melancolía.
      Respecto a la otra cuestión, te diré que sí, sobre todo referido a personajes reguladores, a esos que son tan importantes en mis novelas, y siempre que se muestren configurativos (de las ideas generales de cada relato). A veces tengo esa obsesión, aunque sin una idea predeterminada. Me parece un recurso literario maravilloso que un personaje pueda entrar en otra narración sin perder la frescura que ya tenía. Todo ello podría ser beneficioso para el autor, pero (siempre hay un pero), para el lector no tiene por qué ser tan atractivo.
      A todo escritor de novelas de ideas le gustaría que los personajes viajasen por todas las narraciones y que pudieran exponer en ellas sus arriesgados puntos de vista.

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