Como puede adivinarse, en el caso de La venganza del objeto hubo un párrafo imposible de olvidar. De él -nadie sabe cómo- surgió toda la novela, de esa marea de sentimientos republicanos muy humanos y familiares se hizo todo el molde, desde lo más sensitivo hasta lo más frío y calculador del sentir de un científico.
Es cierto que el susodicho párrafo está dulcificado y embellecido por toda la literatura del momento que me tocó vivir, pero las ideas, la ilusión de su protagonista, su humanidad desbordada, o su capacidad para amar la vida, se encuentran todas en él:
Es cierto que el susodicho párrafo está dulcificado y embellecido por toda la literatura del momento que me tocó vivir, pero las ideas, la ilusión de su protagonista, su humanidad desbordada, o su capacidad para amar la vida, se encuentran todas en él:
"algún día tendré yo un hijo: será la superación de esta guerra fratricida […] ¡de tan grande! No tendrá patria, porque será de las galaxias… ¡Gigantesco!… No conocerá el miedo. No tendrá apego a tradición alguna […] ¡No se encapuchará bajo ningún gremio! Repudiará a la Ciencia que constriñe, la Política que envenena, las morales mojigatas, y el mundo será su casa".
Así, con este anhelo de un padre, se puede comprender el contrapunto a la frialdad del científico Chiripa.
El párrafo es precioso y encaja de maravilla en el personaje de Valiente. Se entiende que "El devocionario" respire al son de este anhelo. ¿Realmente, Chiripa surgió, meramente, como el contrapunto de este espíritu? ¿no hay ninguna anécdota o episodio vivencial que te inspirara a este peculiar personaje? Te lo pregunto, entre otras razones, porque a mí también me gusta "tirar de la lengua" al escritor.
ResponderEliminarNuevamente muchas gracias por tu buen hacer en la lectura.
ResponderEliminarSí, Chiripa surgió como contrapunto exageradísimo del buen Valiente. Tuve la sensación de salir disparado en la otra dirección, gracias a la fortaleza del personaje de Valiente, el cual tenía y tengo siempre presente.
Me encontré con algún superdotado en la facultad de física, como siempre haciendo de espía, y me encantaría contarte dichas anécdotas, pero me debo al secreto profesional.