miércoles, 30 de septiembre de 2015

Fascinación por Japón: la memoria de los golpes

Fascinan los deportes globales, los duros, disciplinados, incluso casi militares y que requieran la presencia de un maestro o sensei... todos los que necesiten una forma física sin grietas, sin escatimar esfuerzos en ninguna faceta.


Para cumplir con ese esforzado anhelo tuve que empotrarme en una Universidad de Judo, antes de acabar aquí mis estudios de bachillerato, y mucho antes de conocer mis pretensiones con la filosofía y con las letras. La Universidad de la que hablo se llamaba Nichidai. Allí aprendí con muchos golpes, cosas que la vida me hizo traducir al lenguaje modesto de la pura existencia.


Una de las cosas que me enseñaron los "universitarios" de Nichidai fue la admiración por los maestros, y la modestia de sentirme un estudiante como ellos, quienes nunca sobresalen, por muchos méritos que acumulen.
A Japón fui unos meses con la juvenil intención de completar mi caja vital, con grandes lecciones y otras experiencias, y lo que me traje fue un nueva caja-estuche que no sabía que existía, por supuesto, vacía, que luego habría de rellenar. Menos mal que los golpes tienen memoria.

4 comentarios:

  1. Me parece impresionante haber podido ser un alumno de una Universidad de Judo en Tokio. Me gustaría saber cómo un occidental consigue no sólo adaptarse a sus condiciones de enseñanza sino dejarse seducir por su modo de vida. Me imagino el choque entre el acomodado occidental y el sufrido alumno de Judo. Si puedes cuéntame algo sobre ello.

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    1. Gracias Elena por tu comentario, y no fue fácil adaptarse a la disciplina casi militar de las universidades japonesas. Una buena motivación fue conocer que alguno de mis ídolos del judo habían devuelto el dinero de la beca para que la federación los repatriara. Hay que tener en cuenta que yo tenía a mi favor la juventud, periodo en el que el humano se encuentra más poroso, y sobre todo, la fascinación por la cultura japonesa me llegó por esa admiración, que todo deportista tiene ante sus profesores, más todavía si estos se parecen a los kamikazes.
      El choque entre las dos culturas era muy fuerte, pero fascinante.

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  2. Es curioso cómo sin tú saberlo en ese momento tu estancia en Japón iba a ser tan importante en tu vida años después. Sin haber visitado Japón hay muchas cosas que admiro de ellos y que desearía trasladar a mi alrededor, pero me gustaría que tú como buen conocedor del país y de su cultura, de su gente, destacaras algo que consideres fundamental y de la que occidente, y en concreto este país, carece.

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    1. Gracias Lago de Como por tus amables palabras.
      Es fácil comprender, conociéndome, que una cosa que me fascinó fue la capacidad de los japoneses para aceptar su destino, y con una alegría sin igual. La profesionalidad, esa es la primera virtud japonesa que puedes encontrar al viajar a Japón, virtud esta que está muy relacionada con esa alegría que los japoneses tienen al creer que cada uno se encuentra en el sitio perfecto. A un español esto le hace un agujero en la cabeza.

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