martes, 9 de enero de 2024

La fascinación por el costumbrismo: el narrador paleto en Navidad

 Comenzaré esta reflexión recordando el último párrafo de mi antigua entrada del 12 de Julio del 21. Así concluía esta: 

Invento -o creo- una mente distorsionada: mi narrador paleto, sin talento para la narración. Esa, y ninguna otra, es su valía. Necesito dar visos de congruencia a la total incongruencia. Apostarlo todo a un narrador tan paleto que se cree un superdotado ¡Anda que no es difícil!

Esta novela -La Paraeta- será la primera en la que utilizaré mi nuevo costumbrismo; lo llamaré el costumbrismo de la Montañeta, o el costumbrismo de Arcanente. Con dicha novela comienza mi homenaje a Edith Warthon. Es verdad que cualquier costumbrismo se asienta en el conocimiento de los paletos, unos más listos que los otros, pero paletos al fin.

De la misma forma en la que Warthon describe su Manhattan, y su Quinta Avenida antes de ser lo que ahora es -magnífica obra La edad de la inocencia- yo describo mi pueblo, su avenida principal con su Fuente de las ranas, la avenida que al llegar a su final nos lleva a la Montañeta. En dicho pueblo al que yo llamo Arcanente -porque de su verdadero nombre no quiero acordarme- nace mi narrador paleto, un levantino de pura cepa, o lo que sin ser lo mismo es igual, un valenciano de interior, por mucho que diga haber nacido en el Mediterráneo. Cada lugar tiene en exclusividad sus paletos. De dicho `pueblecillo´ extraje la figura del paleto socarrón, de ese lugar surge el costumbrismo de la Montañeta.

Mi nuevo costumbrismo imita a Edith Warthon, pero rompe con los anteriores costumbrismos. ¿A quién le interesa lo cercano, algo que está arrinconado en la literatura? Pues a todo el mundo parece interesarle, a todos agrada que alguien hable  de las creencias estúpidas de su pueblo. Me pregunto, ¿será por eso por lo que el costumbrismo produce tamaña fascinación?

¿Y qué es un paleto? Un paleto es para mí un "glocalista". intentaré explicar esto. En este mundo tendente a la globalización, un filósofo como Ulrich Beck sacó de su manga el término "glocal", y usando una simple analogía con la palabra globalización -y siendo un tanto imaginativo- se me ocurre el término "glocalización". ¿A quién no se le ocurriría eso? Resumiendo, mi "glocalista" no es otra cosa que alguien con una manera peculiar de mirar, alguien que disfruta de su estado mental, el del lugar en el que nació, pero, que al mismo tiempo, tiene aspiraciones globales. Estirando un poco, con un pasito cortito, podríamos decir que la "glocalización" es el paletismo de los pueblos camuflado con tintes universales.

Este costumbrismo, al ser tan inusual, contiene una forma peculiar de narrar. Es fácil deducir que hablo, no de una novela al uso, sino de una antinovela. Pero ¡qué difícil se me hace pensar en una antinovela, sin tener diseñado de antemano un narador-personaje!, la figura de la que hablé en la anterior entrada.

¿Qué es para mí, a grandes rasgos, la antinovela? Ya hablaremos de ello, porque es el momento del costumbrismo y el paleto lo que nos ocupa. Solo apuntaré algunos parámetros, por ejemplo: que la antinovela se muestra -para mí- en contra de toda la literatura descriptiva, esa que desborda su belleza de bote; está en contra, además, de los narradores superdotados, de los que se muestran rellenos de recursos estéticos literarios, sí, de esos narradores que se salen de listos, con su chola a rebosar de tanta omnisciencia; y sobre todo, la antinovela pone en cuestión las relaciones -estereotipadas- con los lectores, quiero decir, se mantiene en contra de satisfacer a los lectores.

Esta Navidad se me está haciendo muy larga divagando con ese costumbrismo tan recalcitrante.


2 comentarios:

  1. Querido Alfredo, me interesan diferentes aspectos de tu entrada y los quiero resaltar. Lo primero sería pedirte si puedes ejemplificar o concretar algo más la figura del "glocalista". Me parece entrever que estás criticando a aquellos que parecen tener pretensiones universales pero que, sin embargo, su paletismo los deja atados a "su sangre y su tierra". Por otra parte, relacionas tu nuevo costumbrismo con tus antinovelas, ¿solo desde este posicionamiento costumbrista puedes escribir una antinovela, en tu caso?

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  2. Gracias por tus amables palabras.
    Mi "glocalista" no es otra cosa que un paleto, un escritor embutido en su estado mental, un escritor de su pueblo, pero que además comprende los beneficios de ser universalista. Es un paleto del mundo entero, lo cual no parece ser una definición acertada.
    Respecto a la segunda cuestión, sí, en mi caso solo puedo pensar en una antinovela después de inventarme a mi "glocalista" primero; mis antinovelas, de momento, están inmersas en ese costumbrismo del que hablo.

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